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lunes, 12 de septiembre de 2011


El celular, el teléfono,
el timbre
gritaron "invisible".
  
La puerta se rió en mi cara
mientras decía:
"ya es tiempo, mujer,
de rendirse"..

Bandera blanca
blandió mi ceguera
al tiempo de cerrar la persiana
y subirse al viento.

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