Cuando miró a su alrededor nada había cambiado. El aire seguía envolviéndolo como funda térmica. El bullicio retumbaba adentro de sus oídos en estéreo. Voces lejanas, fraseo ininteligible, ojos de cerca en caras distorsionadas, remedos de afecto en muecas casi de caricatura.
Ansiaba fundirse. ¿Porque uno?
sos una mujer,que pone en sus escritos mucha pasion...
ResponderEliminarGracias por tu comentario Alberto! La pasión es un motor, no? Exitos, gracias por leerme y dejar tus ideas! Abrazo!
ResponderEliminar